Artículo de Marcos Pereda para JotDown.
Un día, finales de diciembre, año 1973 (o 1974, o quizá el 72, el narrador no lo recuerda bien). Eddy Merckx está en su casa, leyendo la prensa. Su hijo Axel, apenas un bebé, duerme tranquilamente a pocos pasos. Ha terminado el año ciclista, con Merckx dominando inmisericordemente las grandes carreras. Como ocurre desde hace un lustro, por otra parte. Es el mejor, y nadie lo discute. Entonces Eddy lee una noticia, apenas un pie de página en aquel diario. Roger de Vlaeminck ha ganado un critérium de algún lluvioso pueblo en Flandes. Una anécdota. Pero, gracias a ella, señala el periodista, empata con Eddy Merckx como el ciclista con más victorias del año. Eddy siente que su sangre hierve. Se levanta, cruza el salón a grandes zancadas, descuelga el teléfono. Su mánager coge la llamada, «Hola Eddy, qué tal, feliz Navidad». Y el ogro habla. «Nada de feliz Navidad, búscame una prueba que se celebre esta misma tarde». El otro balbucea, alucinado. «Pero, Eddy, ¿has visto qué día es hoy? No hay competiciones importantes, campeón». «No me importa, la que sea, quiero una carrera, tienes media hora». El tono de una línea vacía. El representante se pone manos a la obra, uno no contraría a los dioses. Pasados unos minutos, llama. «Mira, Eddy, hay un pueblo donde tienen una especie de “carrera del pavo”, creo que es el único lugar de toda Bélgica en el que hay competición esta tarde». «Apúntame». «Pero… ¿te has vuelto loco? ¿Qué vas a hacer?». Merckx ya no está al teléfono. Coge su ropa de ciclista, su precioso maillot Molteni tabaco y negro. Echa la bici al auto, saluda a su mujer, «volveré en unas horas». Cruza media Bélgica en coche, llega a la localidad en cuestión. Se viste, mira la competencia, aficionados barrigudos, algunos ya cargados de cerveza y mejillones. Él es el mejor ciclista del mundo. Gana sin problemas aquella fiesta que no llega ni a critérium. Otra vez es el corredor con más victorias esa temporada. El fuego que lo devoraba por dentro desde que leyó la noticia en el periódico ha sido aplacado. Sigue leyendo en JotDown.
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